Al volver del cole,
mis ojos de niña
la buscaban siempre
en el escaparate de la Juguetería.
Y todos los días,
ella me esperaba en el escaparate,
tan preciosa y linda.
Mi ilusión de Reyes
fué aquella muñeca,
de "china" decían.
Movía sus ojos
y me sonreía.
Y al volver a casa
por la tarde, un día,
hecha mil pezdazos,
rota, por el suelo
encontré a "mi niña".
Tenía seis años,
pero en mi retina
perdura el recuerdo
de aquella muñeca,
para mí, ¡¡¡divina!!!.
Rosi, en Madrid a 26 de Enero de 2013
ESTA POESÍA ESTÁ BASADA EN UN HECHO REAL
Mi madre aún me cuenta con cariño las palabras tan tiernas y emotivas que dediqué a mi muñeca rota mientras la estrechaba entre mis bracitos.
Para los más jóvenes que visitais mi blog, os diré que esta historia ocurrió en los años 50, y entoces una muñeca de "porcelana china" era el sueño mágico de todas las niñas y no facil de alcanzar.
Por entonces solo jugábamos con muñecas de trapo, que nos hacíamos nosotras mismas con trozos de retales que nos daban nuestras madres, y ya era todo un lujo poseer una muñeca de cartón, que eran muy féas pero tenían su encanto. (Yo conservo todavía una, y a su hermanito).
Además no había otra cosa.
Mi preciada muñeca de "porcelana china", que además abría y cerraba los ojos, seguro que rompió el presupuesto a los Reyes Mago aquel año,, por eso no recuerdo haber tenido otra muñeca similar en mucho tiempo.
Quizás de todo ello me venga la pasión que tengo por las muñecas, sobre todo antiguas, de las que poséo alguna que fuí adquiriendo ya de mayor.