domingo, 20 de octubre de 2013
El Señor...Ignacio
El señor Ignacio, cuidaba los patos.
Es una imagen nostálgica y guardada con cariño entre mis recuerdos de niña.
Cuando a los seis años estrenamos casa en el nuevo barrio, en plena naturaleza, rodeado de prados y grandes peñas de granito no era consciente de la suerte que tenía.
Allí descubrí oficios que hoy en día ya no existen, entre ellos el oficio del Señor Ignacio, ¡que yo envidiaba!
El Señor Ignacio, debía ser un jubilado, pero como en nuestro vocabulario infantil la palabra "jubilado" no existía, , para nosotros el Señor Ignacio era el abuelo de Manuel, que como no tenía nada que hacer, todas las mañanas recogía los patos y gansos de los vecinos, ¡que tenían la suerte de tener patos...que envídia!, y los sacaba a pastar como si de un rebaño de ovejas se tratara.
¡Los graznidos y el fuerte batir de alas de patos y gansos, y algún parro, alegraban las calles de nuestro barrio todas las mañanas!.
Había por los alrededores mucho pasto verde para ellos y cuando llovía , al pie de una de las enormes peñas de las que disfrutábamos por allí, se embalsaba el agua y se formaba una pequeña laguna , que a nosotros nos parecía enorme,y que solía retener el agua durante casi todo el año porque al ser el subsuelo muy rocoso, no filtraba. Tenía muy poca profundidad pero los patos nadaban y lo pasaban en grande , lo mismo que nosotros los niños.
Los patos y gansos desaparecían con las Navidades, pero al comenzar el año el Señor Ignacio estrenaba nueva manada de patos, y nosotros, con nuestos ojos de niños, no notábamos la diferencia.
Un día, ruido de barrenos y pólvora comenzó a tronar por el barrio, y las grandiosas peñas comenzaron a desmoronarse para dar paso a nuevas calles y viviendas, y con ellas los patos y el Señor Ignacio dejaron de poner esa nota bucólica con la que tantos buenos ratos, y de manera tan barata, disfrutábamos los niños.
Fueron oficios sencillos como la vida misma pero que dejaron un hueco en nuestras retinas y en nuestros corazones.
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Hola, preciosa!!
ResponderEliminarYa veo que tienes unos recuerdos maravillosos, a mi me lo parecen, tiernos románticos y encantadores. ¡Cuántas cosas se han perdido en favor del progreso! ¡Aquellos oficios antiguos! Desaparecen los pastos, las cañadas, la artesanía... Hace un tiempo existía un programa en un canal de TV (creo que se llamaba "Oficios y tradiciones") que veía siempre porque me parecía interesantísimo y me gustaba ver que todavía en nuestros días quedan personas que siguen trabajando en oficios ya desaparecidos... Como gotas en el océano, pero bueno, la mar de entrañable.
Qué suerte tener esos recuerdos (aunque me ha dado mucha pena lo de que los patos y gansos desaparecían para navidad) Ya sé que había de ser así, pero ¡ay qué lastimita!
Un besazo reina!!!
Sí es verdad, que lastimita!.
EliminarEl caso es que de niños no pensamos en ello, es como...el ciclo de la vida, que es así, Mi padre cuidaba gallinas y conejos que luego formaban parte de nuestro alimento, pero lo veíamos así, natural.
Hoy, ya sería incapaz, ¡no podría!.
Sí recuerdo el programa, y de hecho yo me inicié en loa artesanía jabonil, en "El Taller de las Tradiciones", situado en un pueblecito entre montañas, en la Sierra Pobre de Madrid.(Lo de pobre tan solo es una ironía).Allí un Ingeniero Informático y su mujer, , abandonaron sus respectivos trabajos de Ejecutivos, y se dedicaron a buscar gente que supiera mantener vivas muchas de las tradiciones de nuestros pueblos.
Puedo asegurarte Ana, que fué un disfrute y una auténtica gozada, totalmente diferente a los cursos que se dan por ahí, y a sus entornps, sin menospreciarlos pero...
Besazos para tí, que me entiendes.
Rosi
Hola Rosi. Es una delicia leer tus nostálgicos recuerdos, tantas cosas del pasado que van desapareciendo sin que nadie lo evite. Pero nunca desaparecerán de nuestro recuerdo, porque los bellos recuerdos de la niñez nunca se olvidan.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias José por tu cariñoso comentario.
EliminarTambien es una alegría verte por mi blog
¿Qué tal tu nuevo blog de pintura?. Paso por él muchas veces y desde aqí animo a todos mi amigos a que te conozcan.
Un abrazo
Rosi
¡Que tiempos aquellos!!! ¿verdad Rosi? No hay nada como recordar momentos que te dejan huella en la niñez.
ResponderEliminarBesitos
¡Que alegría me da cuando te veo por aquí!
EliminarEs cierto Marian, son recuerdos que quedan siempre dormidos en tu memoria, solo hay que despertarlos.
Un cariñoso abrazo, amiga.
Rosi
Ohhhh Rosi...me ha parecido estar leyendo un cuento encantado, me consta que tienes esos preciosos recuerdos y que también has disfrutado de unos parajes envidiables por eso no me extraña que seas tan amante de a naturaleza. Bellisimos recuerdos para contarle en forma de cuentos a tus nietos. Un besazoooo... Pilar
ResponderEliminarSí Pilar, yo creo que todos guardamos recuerdos, y como decía a Marian, solo hay que despertarlos de vez en cuando.
EliminarSí, me gusta contarles cuentosye historias vividas, en forma de cuentos.
Besos y abrazos, amiga.
Rosi
Rosi, la historia que nos cuentas sigue viva en tu memoria y con ella puedes formar cuentos y poemas...Los patos y los gansos todos los días iban de excursión, como si fueran un colegio de niños y el señor Ignacio su maestro, que les enseñaba cosas de la vida y la naturaleza...Imagino,que hasta les pondría nombres y sabría cuales eran más revoltosos y más tímidos...Preciso, amiga.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo inmenso por compartir tus vivencias.
Feliz semana, Rosi.
M.Jesús
Como siempre, delicioso tu comentario.Maria Jesús, ¡Gracias por leerme y por tus palabras siempre cercanas!.
EliminarUn fuerte abrazo.
Rosi
Que noble y calido lo que has compartido.
ResponderEliminarLa "civilizacion" ha derrotado muchas cosas sencillas pero hermosas no???
Cariños
Que bonito Marta, verte por mi blog, dejandome siempre hermosos comentarios.
EliminarUn abrazo grande, amiga.
Rosi
Siempre es grato visitarte!!!!
EliminarPero la Abu va teniendo pasos mas lentos.
Recordandote siempre con cariño!!!
Hola Rosi es una delicia leer tus escritos, eres única escribiendo me relaja leerte e imagino esa escena de los patos y gansos que tiempos!!.
ResponderEliminarBesitos cielo.
Me alegra mucho saber que que te gusta, Cati.
ResponderEliminarGracias por tus siempre cariñosas palabras.
Un abrazo también muy cariñoso para tí.
Rosi
Que bonito Rosi!
ResponderEliminarLos oficios rurales, tan simples como variopintos se fueron apagando como la vida del campo. Todo ha ido dejando paso al progreso y la maquinaria y ahora los pobres patos de granjas han pasado a nacer,vivir y morir en el cajon de una incubadora.
Esas escenas tan pintorescas han quedado archivadas en la memoria de los que por entonces eran niños, como nosotras.
Me ha encantado este post tan evocador.
Besitos
Es cierto, Julia.
Eliminar¡Que penita me dan todos esos animales que antes vivian felices, libres como el viento y bien cuidados aun que su fín fuera el mismo.Pero...
Muchas gracias por tu cariñoso comentario, que sabes valoro siempre , y te mando un cálido y fuerte abrazo.
Rosi
Que bonito Rosi!
ResponderEliminarLos oficios rurales, tan simples como variopintos se fueron apagando como la vida del campo. Todo ha ido dejando paso al progreso y la maquinaria y ahora los pobres patos de granjas han pasado a nacer,vivir y morir en el cajon de una incubadora.
Esas escenas tan pintorescas han quedado archivadas en la memoria de los que por entonces eran niños, como nosotras.
Me ha encantado este post tan evocador.
Besitos
Qué bonito, Rosi, letras teñidas de nostalgia.
ResponderEliminarEs imposible escapar al cambio y también, muchas veces,a mirar atrás
besos
Hola Rosi, cuanta nostalgia y dulzura hay en tus letras, y es que volver a nuestros años de niña es un placer para mí, y qué decir de oír hablar de tantos oficios ya desaparecidos que hacía que en el barrio todos fuésemos de la familia. Me ha encantado amiga. Un beso enorme.
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